Create your own Animation

domingo, 26 de febrero de 2012

La Tristeza y La Furia

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...
Había una vez...
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.

 Cuentos Para Pensar, Jorge Bucay


martes, 21 de febrero de 2012

Tal vez, tal vez, tal vez... con una mezcla de todo

Definitivamente los últimos días lo único que han hecho en mi vida es hacer crecer una nostalgia por el ayer, tal vez, visto desde un hoy en donde de manera inconsciente se fantasea con un ayer más prospero, cumpliéndose la típica frase de que"todo tiempo pasado fue mejor"... pero en fin, extraño los veranos en donde lo único importante era sacar adelante el club ecológico, dormir hasta tarde, ver la serie de moda (3x3, Salvado por la Camapana o Sailor Moon ) y aprenderse el baile de la temporada. En donde para hacerse amigos sólo bastaba con saludarse y ponerse a jugar, pues no existía religión, ni color político y olvídense de los intereses económicos, qué diablos era eso???, ni siquiera creo haberlo escuchado o haberlo visto en mi infancia... pero definitivamente, a veces, todo cambia.

Mirando todo esto, me pregunto cómo en la medida que vamos creciendo podemos olvidarnos de lo esencial, del contacto genuino con el otro, del valor que cada persona posee por sí misma y, sin embargo, lo hacemos, tal vez de modo inconsciente, pero lo hacemos. Cada vez más metidos en un sistema en donde el producir es más importante que el reproducir y ,sin darnos cuenta, le damos más valor a los castillos de cartón que nos hemos ido construyendo con los años, que a los seres humanos que habitamos en esos espacios.
Tal vez desilusionada, tal vez con nostalgia o tal vez con una mezcla de todo, pero con ganas de creer que las miradas sinceras aun existen y que pese a todo, vale la pena volver a confiar, porque en el fondo algunos seguimos manteniendo viva nuestra alma de niños.

domingo, 1 de enero de 2012

Latinoamerica

Definitivamente no pueden comprar nuestra vida